Esta ha sido una semana santa muy diferente a las de los últimos años. Normalmente esta fecha en Costa Rica, es sinónimo de calor y playa... en estos días pues si ví la playa pero fue un poco diferente.
Nuestra travesía empezó el jueves santo. Salimos de la casa luego de revisar el pronóstico del clima y el estado de las carreteras. Si bien la estimación no era nada alagüeña, tampoco esperabamos lo que nos tocó. Cuando salimos estaba nublado, pero conforme fuimos avanzando la niebla se fue cerrando hasta convertirse en viento fuerte y nevada para la noche. Tomamos el camino #1 en sentido sur desde Egilsstaðir, pasamos por el pueblito de Djúvipogur, visitamos la exhibición del glaciar en Höfn (se nos descargó la batería del carro pero después de un susto y unos buenos empujones... allt í lagi) y dormimos en Hali, una granja cerca de Vatnajökull muy acogedora.
El viernes, el día amaneció ligeramente menos nublado por lo que dimos una visita rápida a la costa. Visitamos luego el museo de Þórbergur Þórðarson, un escritor de la zona (de la misma época de Gunnar Gunnarson), que muy amablemente nos monstró la dueña del guesthouse. Al filo del medio día salimos con rumbo al Jökulsárlón... un espectáculo realmente impresionante. Es una laguna al pie del glaciar, con enormes trozos de hielo flotantes de una variedad de tonos de celeste, con una masa blanca monumental (Vatnajökull) al fondo. Aquí fue donde filmaron un par de películas de James Bond (Die another day & A view to a Kill).
Luego de caminar alrededor de la laguna, proseguimos hacia Skaftafell, el parque nacional más popular del país visitado por cerca de 400,000 personas al año (una multitud de gente considerando que la población total de Islandia son 300,000 fulanos). Ahí visitamos una de las cataratas más populares del país, Svartifoss, que con sus columnas colgantes en basalto es una joya natural. Aparte caminamos por el parque acercándonos un poco más al glaciar... un lugar fenomenal al cual, sin ninguna duda al respecto, hay que regresar en verano. Proseguimos hasta llegar a Vík, donde nos hospedamos en un guesthouse lleno de chunches viejos dignos de estar en el museo de Egilsstaðir.
El sábado amaneció con vientos huracanados y "sleeta" (nieve + lluvia), pero luego de pocos kilómetros hacia el oeste el clima mejoró un poquitico. Aprovechamos para hacer el recorrido turístico por excelencia acá... el Golden Circle. Visitamos primero la catarata Gullfoss... un espectáculo sobrecogedor, aunque el viento y la lluvia era tal que el recorrido del carro a la catarata se nos hizo difícil, nos dolía la cara del frío y del impacto de las gotas de lluvia con el ventolero, pero definitivamente valió la pena aunque terminamos empapados. Seguimos mojados hacia Geysir... una serie de geisers que "escupen" un montón de agua de repente... impresionante. La palabra geysir es de las pocas adaptadas a otros idiomas del islandés, como nota cultural. Nuestro recorrido terminó en Þinvellir, el parlamento y el punto donde se puede ver la unión entre la placa tectónica americana y la placa europea. El sitio es realmente místico y de una belleza absoluta, además es parte de los sitios del Patrimonio de la Humanidad declarados por la UNESCO (como nuestra Isla del Coco... a mucha honra). Pernoctamos en Reykjavík, en Flokagata, unos de los apartamentos de los voluntarios.
El plan era regresar el día siguiente, pero en la reunión de sábado por la noche con los demás, nos enteramos de que había concierto de Björk en lunes en la noche... luego de cruzar de este a oeste la isla (700 km), era un espectáculo que sencillamente no nos podíamos perder. Así que gracias a la amabilidad de nuestro amigo español Diego (que nos dió posada en Mosfellsbær), decidimos pasar un par de noches más en la capital.
El domingo fuimos al Blue Lagoon (otro sitio turístico por excelencia) donde estuvimos "en remojo" en las aguas celestes rejuvenecedoras cerca de cuatro horas. Nos acompañó María Isabel, nuesta amiga colombiana... luego de numerosas aplicaciones de barro de arena sílica salimos todos con piel de bebé y totalmente relajados. Aprovechando que los días son cada vez más largos, salimos hacía Krisuvík al filo de las 7 pm. Este es el sitio que visitó la Reina de Inglaterra en su visita en 1990, pobre argumento... pero como dijo Didier - si la llevaron ahí pues tendrá que ser un lugar realmente especial. Y en efecto, se trata de una zona con gran actividad geotérmica, con varios volcanes, aguas termales y fumarolas. Aunque la verdad yo sospecho que la llevaron ahí por estar cerca del spa donde, sin lugar a dudas, me imagino acudió la monarca para recuperar la lozanía de su real cutis.
El lunes visitamos a nuestra mentora Tinna, quien muy gentilmente nos invitó a tomarnos un cafecito acompañado de pönnukökur (panqueques islandeses). La pasamos muy bien, platicando de temas diversos con ella, su novio Joi y Diego. Ella fue voluntaria en Costa Rica hace como 3 años, habla español fluido y es simplemente un éxito. En la noche fuimos al concierto (esa es otra historia), donde aparte de ver a la cantante islandesa, vimos a varios de los voluntarios que ya habían regresado de sus vacaciones en los fiordos del oeste, en Isafjördur.
El martes hicimos un par de paradas estratégicas, aprovechando que el día estaba precioso, con un cielo azul y sin una sola nube... paramos en las cataratas de Skógarfoss y Seljafoss, y visitamos las formaciones rocosas cerca de Vík, en Dyrhólaey. Luego de casi manejar 2000 km desde que salimos el jueves, llegamos a nuestra casita en el este, donde para cerrar con broche de oro, nos recibió un espectacular cielo pringado de auroras boreales en tonos azul marino.
Nuestra travesía empezó el jueves santo. Salimos de la casa luego de revisar el pronóstico del clima y el estado de las carreteras. Si bien la estimación no era nada alagüeña, tampoco esperabamos lo que nos tocó. Cuando salimos estaba nublado, pero conforme fuimos avanzando la niebla se fue cerrando hasta convertirse en viento fuerte y nevada para la noche. Tomamos el camino #1 en sentido sur desde Egilsstaðir, pasamos por el pueblito de Djúvipogur, visitamos la exhibición del glaciar en Höfn (se nos descargó la batería del carro pero después de un susto y unos buenos empujones... allt í lagi) y dormimos en Hali, una granja cerca de Vatnajökull muy acogedora.
El viernes, el día amaneció ligeramente menos nublado por lo que dimos una visita rápida a la costa. Visitamos luego el museo de Þórbergur Þórðarson, un escritor de la zona (de la misma época de Gunnar Gunnarson), que muy amablemente nos monstró la dueña del guesthouse. Al filo del medio día salimos con rumbo al Jökulsárlón... un espectáculo realmente impresionante. Es una laguna al pie del glaciar, con enormes trozos de hielo flotantes de una variedad de tonos de celeste, con una masa blanca monumental (Vatnajökull) al fondo. Aquí fue donde filmaron un par de películas de James Bond (Die another day & A view to a Kill).
Luego de caminar alrededor de la laguna, proseguimos hacia Skaftafell, el parque nacional más popular del país visitado por cerca de 400,000 personas al año (una multitud de gente considerando que la población total de Islandia son 300,000 fulanos). Ahí visitamos una de las cataratas más populares del país, Svartifoss, que con sus columnas colgantes en basalto es una joya natural. Aparte caminamos por el parque acercándonos un poco más al glaciar... un lugar fenomenal al cual, sin ninguna duda al respecto, hay que regresar en verano. Proseguimos hasta llegar a Vík, donde nos hospedamos en un guesthouse lleno de chunches viejos dignos de estar en el museo de Egilsstaðir.
El sábado amaneció con vientos huracanados y "sleeta" (nieve + lluvia), pero luego de pocos kilómetros hacia el oeste el clima mejoró un poquitico. Aprovechamos para hacer el recorrido turístico por excelencia acá... el Golden Circle. Visitamos primero la catarata Gullfoss... un espectáculo sobrecogedor, aunque el viento y la lluvia era tal que el recorrido del carro a la catarata se nos hizo difícil, nos dolía la cara del frío y del impacto de las gotas de lluvia con el ventolero, pero definitivamente valió la pena aunque terminamos empapados. Seguimos mojados hacia Geysir... una serie de geisers que "escupen" un montón de agua de repente... impresionante. La palabra geysir es de las pocas adaptadas a otros idiomas del islandés, como nota cultural. Nuestro recorrido terminó en Þinvellir, el parlamento y el punto donde se puede ver la unión entre la placa tectónica americana y la placa europea. El sitio es realmente místico y de una belleza absoluta, además es parte de los sitios del Patrimonio de la Humanidad declarados por la UNESCO (como nuestra Isla del Coco... a mucha honra). Pernoctamos en Reykjavík, en Flokagata, unos de los apartamentos de los voluntarios.
El plan era regresar el día siguiente, pero en la reunión de sábado por la noche con los demás, nos enteramos de que había concierto de Björk en lunes en la noche... luego de cruzar de este a oeste la isla (700 km), era un espectáculo que sencillamente no nos podíamos perder. Así que gracias a la amabilidad de nuestro amigo español Diego (que nos dió posada en Mosfellsbær), decidimos pasar un par de noches más en la capital.
El domingo fuimos al Blue Lagoon (otro sitio turístico por excelencia) donde estuvimos "en remojo" en las aguas celestes rejuvenecedoras cerca de cuatro horas. Nos acompañó María Isabel, nuesta amiga colombiana... luego de numerosas aplicaciones de barro de arena sílica salimos todos con piel de bebé y totalmente relajados. Aprovechando que los días son cada vez más largos, salimos hacía Krisuvík al filo de las 7 pm. Este es el sitio que visitó la Reina de Inglaterra en su visita en 1990, pobre argumento... pero como dijo Didier - si la llevaron ahí pues tendrá que ser un lugar realmente especial. Y en efecto, se trata de una zona con gran actividad geotérmica, con varios volcanes, aguas termales y fumarolas. Aunque la verdad yo sospecho que la llevaron ahí por estar cerca del spa donde, sin lugar a dudas, me imagino acudió la monarca para recuperar la lozanía de su real cutis.
El lunes visitamos a nuestra mentora Tinna, quien muy gentilmente nos invitó a tomarnos un cafecito acompañado de pönnukökur (panqueques islandeses). La pasamos muy bien, platicando de temas diversos con ella, su novio Joi y Diego. Ella fue voluntaria en Costa Rica hace como 3 años, habla español fluido y es simplemente un éxito. En la noche fuimos al concierto (esa es otra historia), donde aparte de ver a la cantante islandesa, vimos a varios de los voluntarios que ya habían regresado de sus vacaciones en los fiordos del oeste, en Isafjördur.
El martes hicimos un par de paradas estratégicas, aprovechando que el día estaba precioso, con un cielo azul y sin una sola nube... paramos en las cataratas de Skógarfoss y Seljafoss, y visitamos las formaciones rocosas cerca de Vík, en Dyrhólaey. Luego de casi manejar 2000 km desde que salimos el jueves, llegamos a nuestra casita en el este, donde para cerrar con broche de oro, nos recibió un espectacular cielo pringado de auroras boreales en tonos azul marino.
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